En tiempos de confusión, ansiedad y desesperanza…

Vivimos momentos difíciles. La incertidumbre, la tristeza, y el miedo tocan a muchas personas, especialmente en nuestras comunidades. Es fácil sentirse abrumado cuando no entendemos lo que está pasando, cuando parece que no hay espacio para respirar. Por eso decidí hacer esta serie de blogs: para ofrecer un espacio de calma, una pausa entre tanto ruido. Aquí hablamos de respiración, de regresar al cuerpo, de prácticas sencillas que pueden ayudarte a sentirte más tú, más en paz, aunque sea por unos minutos al día. Porque cuidar de ti es importante. No solo por ti, sino por todos los que amas.

Este es el inicio de una nueva serie de blogs sobre diferentes tipos de meditación. Y comenzamos con la práctica que me salvó en momentos donde otras técnicas no funcionaron para mí: la meditación caminante.

¿Por qué caminar para meditar?

Hubo un momento en mi vida en que simplemente no podía sentarme a meditar. Sentía ansiedad al cerrar los ojos. Mi cuerpo no se sentía seguro. No podía estar quieta. Pero algo dentro de mí, quizás la misma necesidad de sanar—me empujó a seguir buscando.

Fue entonces cuando descubrí la meditación caminante gracias a las enseñanzas de Thich Nhat Hanh. Esta práctica me ofreció una forma distinta de regresar a mí misma. Una manera de estar presente sin tener que estar inmóvil. Caminar se convirtió en mi forma de meditar.

¿Qué es la meditación caminante?

La meditación caminante no es simplemente caminar. Es caminar con atención plena. Se trata de estar presente en cada paso, sentir el cuerpo, el suelo, el aire, los sonidos. Es permitirte habitar tu cuerpo sin juicio.

Thich Nhat Hanh decía:

«Cada paso es paz»

Y eso se convirtió en un mantra para mí.

¿Cómo empezar?

  • Encuentra un lugar tranquilo, aunque sea un pasillo o tu patio.
  • Conecta con tu respiración. Puedes decir mentalmente: «Inhalo, exhalo» mientras caminas.
  • Sincroniza tus pasos con tu respiración o repite frases suaves: «Estoy aquí», «Camino con paz», «Soy vida».
  • Comienza con 5 minutos. No se necesita más. El cuerpo recordará y querrá volver.

Beneficios reales (y comprobados)

Estudios han demostrado que la meditación caminante ayuda a:

  • Reducir el estrés y la ansiedad
  • Mejorar el sueño y la calidad del descanso
  • Fortalecer la conexión mente-cuerpo
  • Regular el sistema nervioso
  • Aumentar la conciencia del momento presente

Cuando camino por la mañana, especialmente al amanecer, todo se detiene. Escucho los pájaros, el sonido del viento, mi perro caminando a mi lado. No necesito nada más. Me siento parte de algo más grande. No estoy sola.

Esta práctica ha sido clave para mí como mujer, como puertorriqueña, y como ser humano en un mundo que constantemente nos empuja al límite.

Y por eso quiero compartirla contigo.

Una práctica para todos

En momentos donde la incertidumbre y el miedo nos rodean, donde muchas comunidades viven con ansiedad constante, caminar con atención es un acto de resistencia y de amor propio.

No necesitas equipo, ni dinero, ni experiencia. Solo necesitas darte el permiso de volver a ti, paso a paso.

La paz es cada paso. El brillante sol rojo es mi corazón. Cada flor me sonríe…

Gracias por acompañarme en este nuevo comienzo.

En el próximo blog: Variaciones de la meditación caminante y cómo adaptarla a tu vida diaria.

💜 Con cariño, Angélica

Entradas Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *